A la una y media de la tarde casi siempre enfrento una pequeña crisis en la que pienso y ahora ¿quién y cómo busco a mi hija al colegio? Es una pregunta sencilla que encierra una serie de decisiones y evaluaciones que van a la definición de mi persona.
A la una y media de la tarde de lunes a viernes me encuentro en la disyuntiva de ser madre y mujer profesional. A la una y media de momento evalúo mi red de apoyo empezando con mi esposo pasando por mi madre y terminando con amistades y vecinos.
Si el caso se da de que voy a buscar a mi hija al colegio en el camino me encuentro con tantos otros padres y veo por un momento aquellos que, al igual que yo, hacen ceder al mundo de trabajo mientra atienden a las necesidades de la familia. Veo a quienes con el lujo de poder dedicarse en su familia con mayor decoro y gracia que yo van. Veo a abuelas y abuelos y a nanas y sé que no importa quién vaya a buscar a ese niño o niña lo que veo es la conclusión a la problemática de quién busca al niño.
Es una pregunta que encuentra su eco en un alto porciento de madres y padres de esta sociedad. Al ser una experiencia compartida ampliamente propongo mirar este momento con mayor detenimiento y analizarlo como un ritual que sirve de prisma para reflexionar y analizar la problemática cotidiana de nuestra sociedad.
Si dejara este ejercicio diario en un análisis programático temo que las frustraciones y la tensión que a menudo siento a la una y media de la tarde resultarían en un compendio de críticas. Para evitar faltarle al pensamiento crítico dejándolo en su componente más fácil – la crítica – me comprometo hoy a ir más allá. Criticar , destruir, es fácil, el reto es atreverse a soñar y trabajar para hacerlo realidad. Por esto, me comprometo a retratar un momento, a analizarlo y a tender un puente a una visión para un Puerto Rico mejor.
Si tengo ganas de comer filete, sé mejor que nadie el contenido de tanto la nevera como de la alacena. Sé que el filete no aparecerá mágicamente en la mesa; pero ser madre me forma el hábito diario para dar los demás pasos para planificar de dónde saco el filete. Ya sea ahorrando aquí y allá para luego comprar filet mignon para toda la familia o enlistando a mi esposo en la visión para la cena. Una vez se apunta mi esposo a la cena de momento tengo cocinero que evaluando la posibilidad de que me salga bien la carne al horno decide aportar a la visión común el cocinar la carne a la brasa.
Poniendo a un lado el apetito, es importante resaltar que al igual que con la preparación de una comida para hacer realidad el Puerto Rico soñado a tenemos que haber puesto en acción un plan. Pensando en planes comunes, visiones y metas que la Isla en algún momento compartió pienso en el 2004. En el 2004 yo me levanté a darme cuenta que comenzaba el año mítico que venía anticipando desde pequeña. Las olimpiadas no vinieron y aunque tenemos un tren y un coliseo mayor muchos dirían que estamos lejos del ideal que nos habíamos trazado.
Dejando atrás el sueño del 2004, en este mismo año se comienza en Puerto Rico un estudio multi-sectorial que ofrecía una nueva visión y trazaba planes para hacerlo realidad. El plan lo llamaron Puerto Rico 2025. Dos años despues de haber concluido el esfuerzo el proyecto ha cambiado de nombre par de veces buscando independizarlo de asociaciones político-partidistas pero al final del día la vasta mayoría de las conclusiones y propuestas se mantienen desconocidas excepto para algunos líderes sociales, empresariales y líderes del sector público.
Se me hace difícil justificar cómo vine a participar y conocer del proyecto pero lo más importante es que fui testigo de la disciplina con la cual se buscó diversidad de opiniones y de experiencias para formar conclusiones y estrategias para Puerto Rico. Ahora utilizo las conclusiones del proyecto 2025 como visión del futuro que deseo compartir.
Mi presente trabajo aboga por que el desarrollo económico no debe limitarse a documentos encuadernados para diseminación en altas esferas o reuniones exclusivas. Cuando en la Junta que custodia el proyecto 2025 nos preguntamos cómo implementar el proyecto muchos en el salón reconocen la necesidad de diseminar la información y enlistar la cooperación de cada ciudadano. El plan de implantación que no parte del apoderamiento y participación del individuo no resultará en desarrollo económico sustentable sino en dependencia y enajenación de la ciudadanía. El reto es ¿cómo?
Por medio de estas reflexiones a la una y media de la tarde espero aportar mi granito de arena a esa labor. Me propongo llevar planteamientos de desarrollo económico a una base más amplia partiendo de la experiencia compartida por muchos padres y abuelos.
En camino a la escuela acabando de pasar la hora de almuerzo y aún bajo el sol del medio día a veces no veo ni el semáforo perdida en un mundo interior donde no hayo silencio en el mismo silencio del automovil que me aisla herméticamente del mundo. A veces la claridad del día penetra mis pensamientos y revela la crisis humana desencadenándose frente a mi ventana.
A tí que acostumbras desarrollar el plan de acción del día para cumplir con tu familia, tu trabajo y tu comunidad, a tí dirijo este proyecto esperando abrir un diálogo y juntos aportar cada día a un futuro mejor para nuestros hijos.